“La mayoría de los empresarios tenemos clara la visión de futuro de nuestras empresas y organizaciones. Directores, propietarios, CEOs, normalmente, sabemos a dónde queremos llegar.
El problema es que el día a día no funciona con esa claridad. Y al no hacerse tan tangible, los equipos no pueden tener claras las acciones.
Los resultados son: procesos desordenados, descoordinación y falta de control.
No se puede hacer crecer empresas sin control.”